Resumen.

Bibliografía.

The real estate sector, including the residential and commercial market segments, is a
heavy consumer of energy and, as a result, a sizeable source of emissions of greenhouse gases. This is primarily on account of the consumption of energy in heating and cooling systems,
as well as in the use of domestic appliances. The construction, maintenance and thermal
characteristics of buildings add to the sector’s energy consumption. Based on a review of
scholarly and policy-focused work, this paper argues that decarbonisation strategies to meet
agreed climate change targets will need to incorporate policies targeted to the specificities
of the real estate sector. They include addressing split incentives among owner-occupiers,
landlords and renters (in the private and social housing markets) for investment in home
improvements and energy retrofitting; raising the standards of energy performance for new
and existing properties through labelling/certification and other means; and reducing the cost
of finance for needed investments while broadening access to the underserved population.

El sector inmobiliario, incluidos los segmentos de mercado residencial y comercial, es un gran consumidor de energía y, como consecuencia, una fuente considerable de emisiones de gases de efecto invernadero. Esto se debe principalmente al consumo de energía en los sistemas de calefacción y refrigeración,
así como en el uso de electrodomésticos. La construcción, el mantenimiento y las características térmicas
de los edificios se suman al consumo energético del sector. Basándose en una revisión de los trabajos
académicos y políticos, este documento sostiene que las estrategias de descarbonización para alcanzar
los objetivos acordados en materia de cambio climático deberán incorporar políticas dirigidas a las especificidades del sector inmobiliario. Entre ellas se incluyen la división de incentivos para la inversión en
la mejora de las viviendas y la rehabilitación energética a propietarios, a arrendadores y a arrendatarios,
tanto en los mercados de la vivienda privada como social; el aumento de los niveles de eficiencia energética de las propiedades mediante el etiquetado/certificación y por otros medios; y la reducción del
coste de la financiación de las inversiones necesarias, ampliando al mismo tiempo el acceso a la población desatendida.